El Museo de Fotografía de Isla Mauricio es el único museo de este tipo en el Océano Índico. La colección del Sr. Bréville es privada, y el museo se encuentra en un antiguo edificio colonial de la capital, Port Louis. Durante la visita, la decoración es muy atractiva. Suena la campanilla de la entrada y Madame Marie Noëlle Bréville sale de los archivos. Este lugar ofrece una bienvenida cálida y personal a cada visitante.
La visita es rápida. En el centro de la sala de exposiciones hay una estantería llena de todo tipo de libros sobre fotografía. Más adelante, en las discretas vitrinas, se encuentran los daguerrotipos, que son las primeras fotografías que se tomaron, impulsadas por Jacques Daguerre. Esta práctica puede explicarse como placas de cobre cubiertas con una fina capa de plata que han sido fotosensibilizadas con una solución química. A continuación, la imagen se invierte en forma de espejo antes de guardarla en cajas herméticas bajo una cubierta de cristal.
En una cómoda oculta se encuentra una de las mayores colecciones de postales del mundo, que Tristan Bréville abre gustosamente a los visitantes interesados. Hay todo tipo de motivos que muestran las múltiples facetas de nuestro país, sin olvidar sus 40 álbumes de fotos privados. Para los Brévilles, la fotografía no tiene secretos. En el museo de fotografía, los visitantes pueden pasar su tiempo a través de las bellezas pictóricas tan especiales y significativas del país y su historia. Los Brévilles cuentan con la ayuda de sus dos hijos, Marie Jule y Frédéric, que son los directores de museo más jóvenes del mundo.
Desde muy joven, a Tristan Bréville le ha fascinado la fotografía. Junto con su esposa Marie Noëlle, investigó por todo el mundo y compró estos pedacitos de historia mauriciana para salvarlos del olvido. Su colección incluye más de un millón de negativos, más de 5.000 negativos de vidrio, 30 daguerrotipos, 9.000 tarjetas postales y más de 1.000 cámaras fotográficas. Pero lo más importante es conocer a una familia que no ha escatimado esfuerzos para preservar la memoria de su país.
Cronológicamente, el desarrollo de las cámaras y la fotografía en Mauricio comenzó en 1840. Las enormes cámaras que se utilizaban hace 150 años están evolucionando hacia cámaras que ya se parecen a las cámaras analógicas de hoy en día. Además, en 1773 se importaron a Mauricio los históricos proyectores de cine y las máquinas de impresión que se utilizaron para el primer periódico del hemisferio sur. También se expone la cámara que se utilizaba en 1860 para fotografiar a los trabajadores indios que llegaban para facilitar su captura, en caso de que huyeran. También encontrará una serie de fotografías contemporáneas que se renuevan periódicamente.
Días de apertura: de lunes a viernes
Horario de apertura: de 10 a 15 horas
Duración de la visita: de 30 minutos a 1 hora
Los premios :
Por adulto: 8 euros
Por niño menor de 12 años: gratis