Esta bebida corre por las venas de los mauricianos. El té, antes de estar en las tazas, es una verdadera obra de arte que requiere trabajo y sacrificio. Hay que remontarse a principios del siglo XIX. Bajo la ocupación británica, el cultivo del té en Mauricio cobró impulso. ¿No decimos que el té es más bien… inglés? En el sur de Mauricio, principal lugar de cultivo del té, existen todavía hoy grandes plantaciones de esta planta con sus impresionantes aromas. Seguro que los verá nada más bajar del avión de camino al hotel. ¿Cómo reconocer la planta? Es fácil. La planta del té no supera el metro de altura, las hojas son permanentemente verdes y a veces crecen al borde de la autopista, como la caña de azúcar. ¡Azúcar que va tan bien con una buena taza de té!
Sin embargo, no hay 10.000 formas de disfrutar del té. Hay que saber qué sabores hay en Mauricio. No faltan marcas locales, pero en cuanto a sabores, la oferta es muy limitada. Se trata de té negro o té con leche, pero cada casa productora tiene su propio toque personal. Evidentemente, esto depende del cultivo, de la variedad de plantas y hojas, pero también del entorno. El té cultivado en New Grove no tendrá ciertamente el mismo sabor que el cultivado en Bois Chéri. Sin juzgar, porque vamos a ser sinceros, tampoco hemos probado todo el té de la isla, puede ser que el té cultivado en un lugar más soleado, como New Grove, sepa mejor que el té húmedo de Bois Chéri. Pero como dicen, para gustos los colores…
Como ya se ha mencionado, el té en Isla Mauricio es un arte que requiere mucho trabajo. Al ser Isla Mauricio un país tropical, las precipitaciones desempeñan un papel fundamental en la producción de té. Actualmente hay al menos tres grandes fábricas de té en la isla. Cada fábrica extrae su cuota de té de pequeños plantadores que son los artesanos de lo que bebemos alrededor de unas deliciosas galletas. Dicho esto, si llueve demasiado, la producción se ve definitivamente afectada. Si no llueve lo suficiente, la producción también se verá afectada. Contar que la producción de té es un punto fuerte de la economía mauriciana, con más de 10.000 toneladas producidas cada año, de las cuales se exportan varias toneladas.
Una vez cosechadas, las hojas se envían a fábricas que las muelen y las secan. Una parte de la producción se destina al envasado. La otra parte se envía a otras unidades donde se añaden sabores. El sabor que más gusta a los mauricianos es el del té de vainilla. También hay otros sabores como el limón y la canela, entre otros. A diferencia del té de vainilla, el té de lima se bebe caliente y puro. Bueno, eso también depende de ti, puedes añadir azúcar, bien infusionado o no tanto. El sabor a vainilla del té está realmente presente de forma sutil y no estropea el sabor del té negro. Por el contrario, la vainilla aporta dulzura.
Si viene de vacaciones a Isla Mauricio, déjese tentar por una auténtica aventura mauriciana. Le aconsejamos que deje las galletas y los bizcochos y disfrute de un tentempié de pasteles dulces o salados. ¿Por qué no acompañar un pan caliente y crujiente que derrita la mantequilla, relleno de unas "tortas de pimiento", todo ello coronado con una buena loncha de queso? Algunas personas sustituyen el "pastel de pimiento" por plátanos. La idea de degustar esta creación puede parecer difícil, pero muchos son aficionados. En Isla Mauricio, el té va con todo.
En la isla, el té no es una bebida más. Es sobre todo una institución. De hecho, aproveche sus vacaciones para visitar la famosa Ruta del Té: una ruta gastronómica y cultural. La Ruta del Té pretende ante todo dar a conocer las diferentes facetas de una Isla Mauricio colonial y tradicional, anclada en un pasado inolvidable. Las tres etapas del paseo nos sumergen en dos mundos estrechamente relacionados: el té y el azúcar. Con los Domaines des Aubineaux, Bois Chéri y Saint-Aubin, es un viaje por la historia de Isla Mauricio y su herencia colonial.